lunes, 30 de julio de 2012


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Revista de patrimonio cultural aragonés 
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Una muestra permanente de medio millar de instrumentos de música popular de todo el mundo, actuaciones, exposiciones, y otras muchas actividades, se concentrarán en la Casa del Gaitero de la localidad de Aguarón. El espacio cultural que alberga este museo es ya en si mismo una obra de arte, un antiguo caserón que ha sido rehabilitado en su totalidad.

Eugenio Arnao, uno de los músicos de La Orquestina del Fabirol, La banda del canal y de A contrapalo (Txalaparta) y colaborador también de otras formaciones, ha sido el artífice de esta iniciativa. "Llevo 25 años recopilando instrumentos porque viajo bastante. Siempre me han atraído los instrumentos tradicionales, además de como medio de hacer música, como elementos estéticos". Añade que la idea le vino a la cabeza hace ya trece años en Albalate del Arzobispo (Teruel), donde colaboró en la puesta en marcha de un centro de cultural de cultura popular.

Arnao, también escritor y miembro de Payasos Sin Fronteras, compró en Aguarón la denominada Casa del Cura, un caserón enorme y fantástico que le pareció un sitio ideal para mostrar al público los instrumentos populares. Este edificio, la antigua vivienda del cura del pueblo, estaba cerrado desde la década de los sesenta, y ahora vuelve a cobrar vida. "En aquellos años se proyectaban aquí películas, era como una casa de cultural de los 60, y ahora ha sido recuperada", comenta Arnao con entusiasmo.

Eugenio Arnao indica que más que un museo, definición que no le gusta para el lugar que ha creado, la Casa del Gaitero es una exposición permanente de instrumentos de música popular, aunque "algunas personas ya me han dicho que el caserón es ya de por sí un museo". Apostilla que gaitero es como se llama en Aragón, por extensión, a cualquier músico popular, y en la Casa aunque hay algunas gaitas se pueden encontrar todo tipo de piezas.

Este músico ha tardado más de dos años en llevar a cabo la rehabilitación del edificio. "Ha sido un trabajo arduo y laborioso, he hecho prácticamente solo toda la obra. He conservado los elementos originales; las vigas de madera han sido tratadas contra la carcoma, he recuperado y reutilizado materiales; he comprado cosas en los mercadillos, en fin, no hay nada nuevo en la casa", afirma, al tiempo que recuerda que ha sido algo agotador. "Lo malo de los sueños es que a veces se cumplen", me dijo un amigo.